ACANTILADO
El
universo tiene sus secretos. Podría incluso ocultar dimensiones
extras, diferentes de todo lo imaginado hasta ahora. Conocemos mucho más
sobre el mundo que hace unos pocos años, y sin embargo estamos menos
seguros que nunca de cuál es la auténtica naturaleza del universo.
¿Habremos alcanzado un punto tan avanzado en los descubrimientos
científicos que las leyes de la física tal como las conocemos
sencillamente no son suficientes? ¿Tendremos que aceptar explicaciones
que hasta ahora se habían quedado en el reino de la ciencia ficción? Universos ocultos
proporciona una estimulante visión de conjunto que sigue la pista a
los descubrimientos de la física desde principios del siglo XX hasta el
filo de la física de partículas y la teoría de cuerdas de hoy,
destejiendo los actuales debates sobre relatividad, mecánica cuántica y
gravedad. Lisa Randall ilumina con un estilo diáfano la ciencia y
desenreda con seducción los misterios de las miríadas de mundos que
pueden existir justo al lado del que solamente ahora estamos empezando a
conocer.
"Muestra no sólo notables
conocimientos científicos sino que también es capaz de transmitirlos
con una gracia e imaginación poco frecuentes. Su lectura permite
sumergirse, con cierto detalle, en mundos posibles y ocultos. Mundos
cuya sola posibilidad nos produce escalofríos". José Manuel Sánchez Ron, El País
«Lisa Randall es uno de los físicos teóricos más prometedores de su generación». Newsweek
«Universos ocultos es un manifesto, una declaración de intenciones, además de una soberbia introducción a la nueva era de la física de partículas». The Times
«Un viaje fascinante». David J. Gross, Premio Nobel de Física
«Extremadamente atractivo». The New Yorker
PRÓLOGO
Y AGRADECIMIENTOS
Cuando
era niña, me gustaban mucho los juegos intelectuales y de
entretenimiento que aparecían en los problemas matemáticos o en libros
como Alicia en el país de las maravillas. Pero, aunque leer era
una de mis aficiones favoritas, los libros sobre ciencia solían
parecerme más remotos o menos incitantes: nunca me sentí suficientemente
involucrada o desafiada por ellos. El tono parecía siempre un tanto
condescendiente con los lectores, demasiado laudatorio con los
científicos, o aburrido. Me daba la impresión de que los autores más
bien envolvían de misterio los resultados o que glorificaban a los
hombres que los descubrieron, en vez de describir la ciencia tal como
es, así como el proceso mediante el cual los científicos realizaron sus
conexiones. Y era ésta, precisamente, la parte que de verdad me
interesaba conocer.
Con el paulatino
aprendizaje de la ciencia, ésta llegó a gustarme. No siempre fui
consciente de que con el tiempo me convertiría en física y de que algún
día pensaría así; ninguna de las personas que conocía cuando era joven
estudió ciencias. Pero ocuparse de lo desconocido tiene un atractivo
irresistible. Me pareció fascinante encontrar conexiones entre fenómenos
aparentemente dispares y resolver problemas y predecir propiedades
sorprendentes de nuestro mundo. Como física, ahora comprendo que la
ciencia es un ente vivo que continúa evolucionando. Y a la ciencia la
hacen interesante no sólo las respuestas que da, sino también los juegos
y los enigmas, así como la participación que promueve.
Cuando decidí embarcarme en este proyecto, planeaba escribir un
libro que me hiciera compartir con el lector la atracción que siento por
mi trabajo, sin comprometer por ello la calidad de la presentación de
la ciencia. Esperaba conseguir transmitir mi fascinación por la física
teórica sin simplificar el asunto de un modo decepcionante y sin
presentarlo como una colección de monumentos acabados e inmutables a los
que hay que admirar pasivamente. La física es mucho más creativa y
divertida de lo que la gente suele reconocer. Quería compartir estos
aspectos de la física con las personas que no hubieran llegado
necesariamente a esta conclusión por sus propios medios.